Nosotros

En el año 2000 habíamos llegado desde Chone hacia Guayllabamba pues el clima de este poblado se asemejaba bastante al de nuestra provincia y fue aquí donde decidimos hechar bases para nuestra nueva vida. La comida es un recurso que siempre es demandado por los consumidores y confiando en ello, apuntamos a ese giro de negocio. En la familia, la tía Luzmila era quien nos deleitaba con sus exquisitos manjares y aprovechando esos dones y experiencia, decidimos emprender en el año 2014, dejando atrás una etapa laboral corporativa. Al inicio fue puras ganas e improvisación, pero teníamos la mentalidad de sobresalir con platos que no fueran tan comunes. Es así que contratamos un chef y dimos forma a los platos que serían nuestra oferta gastronómica especial. Al inicio fue muy complicado porque era un reto nuevo para todos, pero gracias al apoyo de mi hermana Amarilis, a las ganas de mi hija María Belén (de 12 años en ese entonces) y al incondicional esfuerzo toda la gente con la que iniciamos, nuestro restaurante dio sus primeros pasos hasta consolidarnos seis años más tarde. Con el tiempo nos hemos complementado con aliados estratégicos, que nos han otorgado una identidad de marca que crece y se consolida cada día.